miércoles, 28 de diciembre de 2016

SERIE POEMAS CORTOS: La maldición de Prometeo

La maldición de Prometeo es quizá un desdichado amor,
al alba sanas, todo ha pasado, despiertas sin más;
transcurre el día y eres carroña de un punzante dolor,
el pecho abierto, la mente insana, exhalas con la última luz.
Los sueños crean, reparan, fingen si es necesario
y sin reparo vuelve y repara la providencia al poeta en sueños...
Por un delito contra los dioses el titan fue atenazado
y aun sin la luz tocar el pobre poeta reo de sí despierta, como un macabro juego, un dia mas.
27-12-2016. S.

domingo, 25 de diciembre de 2016

ENGLOBE: Los retos de nuestra generación

En las últimas décadas un sinfín de cosas se ha visto en crecendo conforme y pasa el tiempo, cambio climático, sobrepoblación, corrupción y hasta extremismo político y religioso. Todos ellos han sido polémicos desde que en lo personal tengo consciencia de ser, y las teorías oscilan entre lo absurdo y lo probable sin tan siquiera mediar.
Las tensiones políticas en el panorama internacional, de la mano con lo dictaminado por las fuerzas económicas y monetarias de mayor envergadura, han hecho que temas de vasta trascendencia como lo es la misma premisa post-bélica de la autodeterminación de los pueblos, se vean rezagados al control militar de potencias de ultramar y la capitalización de tales bienes nacionales por parte de empresas extranjeras, y el malestar social que acaba por tomar las armas resulta ser nada más que el reducto del ´sinsentido tercermundista de radicales religiosos´, aunque cierto es además que por parte y parte se hace fácil encontrar perros rabiosos con sesos y descerebrados a merced de órdenes y con sed de bajezas; sin ser errado todo cuanto los medios exponen, nunca harán expreso el hecho causal o la raíz del problema más que hasta el punto en que les sea permitido, al fin y al cabo una empresa o un estado son proclives a sucumbir judicial o económicamente, sea justa o injustamente, las cortes hoy no se distinguen por ser eficientes o justas.
Entre mito y verdad se oculta como infraestructura del constructo humano el efecto secundario de nuestra existencia, el cambio climático. Los hay defensores así como detractores y teóricos de la conspiración adeptos al tema, pero lo cierto es que los efectos meteorológicos y geomagnéticos en la actualidad reflejan hechos sin precedente alguno dentro de los registros ad hoc. Hablamos de terremotos, el derretimiento de los polos, de la industria manufacturera, contaminante y agrícola que soporta nuestra existencia en su amplio bagaje de interpretaciones, hablamos de erupciones solares, asteroides, terraformaciones y exploración espacial, así como de extinciones masivas de especies que prácticamente han acompañado a la nuestra desde los albores de la civilización, plantas que por siglos también han sido parte del ecosistema humano y condiciones atmosféricas y cósmicas que han propiciado el desarrollo de nuestra especie, así como nuestra evolución técnica y tecnológica. 
Somos una especie que de a poco se acerca a los 8 mil millones de habitantes, cuando hace una década no eramos más de 6 mil millones, y eso cuesta, cuesta comida, para alimentarnos y alimentar a nuestra comida cárnica, cuesta libertades, recortes de derechos que perfectamente se explica en la paradoja del cuarto de baño, y no como lo plantea la ´lucha contra el terrorismo´ el cual parece permisivo con los atentados de falsa bandera para forzar a la población a dejar su libertad en nombre de la seguridad marcial. 
El problema poblacional ya venía predicándose desde los tiempos del Titanic, más la solución siempre se enclaustraba en el punto del exterminio o del control eugenésico de la población, siendo obvio pensar que quienes saldrían librados de tan cruenta medida serían las clases adineradas y uno que otro científico y pensador ganapán, pues qué sentido tiene matar a los pobres sin ´rescatar lo mejorcito´, además la excusa de tal escogencia a la larga se escudaría en el coste de puesta en marcha de tan ´necesarios´ e inmorales programas. De nada sirve salvar a la raza humana si no se rescata su moral, pues aunque necesario es pensar en dichas medidas poblacionales, no seríamos mejores que el bueno que mata al malo, al final solo vive el asesino y su prole.
Como tema final debemos regresar a la superestructura del mundo, a la civilización y sus ´corotos´, en donde las tensiones políticas son solo asunto de potencias de maza grande, después de todo así permanece el orden mundial casi que símil a como se repartió el poder tras la segunda guerra mundial, y quien diga lo contrario ´está loco, está bobo o intenta venderte algo´. Latinoamérica al igual que otros bloques o países en vía de desarrollo se han visto truncados por malas decisiones de sus gobiernos, corrupción, golpes de estado o populismo, siendo el caso más vehemente el de la antaño próspera República de Venezuela, hoy la nación más endeudada e inflada del planeta en donde los defensores del oficialismo parecen ser los seguidores de una secta vudú-evangélica o algo por así por el estilo. Otros ejemplos de corrupción, peculado o populismo son casos como México, Brasil, Argentina y Colombia, países con un crecimiento económico de buen potencial y a la vez derruidos por la guerra, la droga, el tráfico de intereses, caudillos políticos y malas administraciones, además que si por populi voluntati una Guatemala se alza contra el gobierno, el resto del mundo le mira con hipócrita indignación y le clasifica de golpe de estado blando. Parece todo como una mega-obra orquestada por ´poderes fácticos´ con la única intención de destrozar las nacientes economías y ´devolverlas a la teta´ del tío Sam, al menos eso lo parece, pero la realidad es que parecen libretos independientes impulsados por causas similares que desembocan en un patrón sospechosamente ordenado y coadyuvante de intereses que desde luego no son en primera instancia los del bienestar social, el progreso nacional y la integración internacional, todas ellas expresiones complejas con palabras de diccionario y nada fieles a la realidad de un continente que posee más riqueza y potencial del que hoy muestra, potencial humano y natural que a su vez es la misma riqueza de las naciones a la que pertenecen, naciones que no existirán nunca más si no comprenden lo que poseen y lo que deben hacer, y lo que bajo sus pies y sobre sus cabezas ocurre con el sistema al que pertenecemos por naturaleza.

... Tal vez no hay mejor demostración de la locura de la soberbia humana que esta distante imagen de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amable y compasivamente, y de preservar y querer ese punto azul pálido, el único hogar que siempre hemos conocido.
-Carl Sagan

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viernes, 2 de diciembre de 2016

Referencia falaz

Nada es más dañino para la academia y el mundo del conocimiento que los dogmas o las falacias, aunque en la praxis sean más que frecuentadas por los hombres de ciencia aquellas verdades a medias las cuales, dependiendo de las circunstancias, pueden generar un leve percance o un estrepitoso desbarajuste en la opinión y pensamiento del espectador quien fácilmente puede ser desde un hombre estudioso hasta una vulgar gallina que aletea y chifla, y aun así ambos caerían presa de una verdad falsamente razonable.
Existen dentro del esquema de las falacias unas cuantas que en lo cotidiano suelen ser usadas casi que imperceptiblemente por sus interlocutores, pero el mundo de la academia, el cual nos separa frágilmente de la ignorancia y el prejuicio, debería ser más cuidadoso con sus propias reglas, o mejor sea dicho, con quienes la instituyen y ejercen, pues a menudo tanto académicos como investigadores (que no son la misma cosa) ejercen argumentos que pareciera buscasen vadear el asunto y poner de plano en tela de juicio al autor de la idea, o al presunto origen de la misma, "porque su origen, piel y comportamiento en clase crean la duda de que las teorías que expone sean objeto de plagio, falsedad o de plano un absurdo por carecer de precedencia". Para esclarecer algo este tema no hace falta más que acudir a las referencias de un trabajo en donde hasta vagamente se haga hincapié en la palabra Wikipedia... de inmediato que ese trabajo es desechado sin mediar palabra. Sí, es cierto, los autores de dicho sitio web llegan a ser abiertos al público en general, pero desde hace un buen tiempo la misma empresa se ha hecho cargo de depurar tanto su contenido como su lista de autores para mantener su idea de enciclopedia libre y conocimiento puro; ¿que cómo lo se?, pues doy por referencia lo que la misma Wikipedia o autores adscritos como Carlos Habsburgo descendiente de Maximiliano I de Mexico, han dicho en el ultimo quinquenio, bien pueda y navegue cualquiera por la red hasta dar con el contexto que expreso, porque cierto es que no basta con dar la tesis del argumento, también su referencia debe ir adjunta, y bajo propio riesgo adjudicarse la puesta en duda de sí ad baculum, hominem, consequentiam, nauseam, verecundiam y más de las falacias conocidas que a la larga dejan en vista, plus ultra al contexto universal del tema, la desconfianza del revisor sobre un revisado que en ocasiones hasta debe fiarse de la veracidad con que sus propias fuentes han trazado o afirmado el trabajo que se reproduce a manera de referencia. 

Sergio Alexander Cáceres Angarita
Ensayo.

jueves, 1 de diciembre de 2016

La posguerra

Hombres jóvenes llenos de esperanzas en una guerra orquestada por hombres viejos carcomidos por el odio y el rencor, francamente ello soluble en tan siquiera un minuto de entrevista amena. Necio el viejo que desprecia su progenie como especie y la envía a morir como bala fallida a por conflictos que en su mayoría son causados por malentendidos y falta de comunicación. Necio el hombre que sigue la orden de matar a su hijo porque éste rehusó servir a los desvaríos de la saliente generación, y muerta yace pues por tamañas necedades la esperanza de un futuro, pues en el libro de la historia los hombres deben para inmortales ser, pasarse la pluma para escribir en él un párrafo más, y es un error tajante el dejar que los herederos de esa pluma perezcan sin provecho alguno, quedando la misma en manos de los mismos, hombres viejos y amargados que postergan su muerte y marchitan la humanidad.

01-12-2016. S.
"La tregua de navidad, 1914". Fuente: Google imágenes

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Divago: Estados nacionales y federativismo

Desde el nacimiento de los primeros estados nacionales, existieron pueblos o regiones sociales que quedaron absorbidas o unidas a otras naciones más fuertes o con ventaja estratégica, y con el tiempo las mismas sociedades buscaron calar como federación o estado separatista debido a la incompatibilidad que a la larga presentaron tales grupos frente a los que todo el tiempo ostentaron el cetro político, y respectivamente también el militar. En la convulsa Europa de hace cien años, el imperio de los Habsburgo mejor conocido como Austria-Hungría fue el águila frankenstein del continente, pues en tan relativamente vasto territorio abarcaba una riqueza cultural tan notablemente remarcada y sectorizada que, tras los eventos de la Gran Guerra la explosión de aquel Estado dejó tanto a Venecia como a checos, eslovacos, rumanos, Transilvania y la Yugoslavia, claramente sin dejar de lado a la misma Austria y a la magiar Hungría que incompatible con los eslavos sí que resultaba, y aún así casi que termina uniformándose junto a la Serbia eslava quien poseía planes para sí como la eslavia del sur por antonomasia.
Este mismo diagnóstico europeo se replica en otras partes en el mismo plano, pues desde que el amanecer independentista mostró una formación sólida de los estados nacionales en occidente, los nuevos países mostraron un anhelo de permanecer unidos bajo el sistema de autonomías federales con vehemente copia de la democracia norteamericana, aunque tal hecho en el eje latino representaba la caída del orden central y militar que mantenía el orden legal mediante coacción, rozando el impopular orden dictatorial.
En el caso del Imperio Turco otomano, quien tras la misma guerra que desmembró al estado plurinacional de los Habsburgo desbarató el medio oriente con implicaciones aun remanentes, dejan  hoy muertos, huérfanos, resentidos y milicias extranjeras jugando al tiro al blanco con drones, pues países como Iraq o Siria, en mi opinión, son estados antinaturales debido a que los pueblos que abarca rayan en lo disímil al borde de tener que alzarse en armas los hombres kurdos que reclaman para su pueblo el territorio que del sur de Turquía atraviesa en diagonal por Siria e Iraq hasta la frontera iraní, y aun así son llegados a tratar como terroristas o extremistas islámicos, frases noticiosas de prediseño.
África en general sigue sufriendo problemas de división como los ya vividos desde el apartheid, aunque con menor impacto debido a que los macroterrenos hechos casi a escuadra que de colonia pasaron a ser repúblicas, se cohesionan gracias al idioma colono que llega a sobrepasar incluso hoy en día hasta por encima de las "incivilizadas culturas" del continente negro, lo que llega a ser un punto a favor, pero no un punto tan bonito cuando al reducto se concluye el severo proceso de conquista y masacre que le precedió, tal como lo sufrió la América india al nivel de casi ser un continente exclusivamente bilingue. Y es así como pasando sin ver desde la amplísima y compleja Asia y sus tribus de la estepa, hacemos un salto hasta América, tanto la angloparlante como la hispana y el Brasil, pues aunque las apariencias muestren repúblicas sólidas con libertades y derechos, la verdad sea dicha que en represión tributaria de reciprocidad dudosa casi todo el territorio nacional yace, siendo garantes de la ley y el orden los miembros de la fuerza pública, de quienes no hará falta especificar su función, y mucho cuidado con el término utilizado, porque TERRITORIO NACIONAL es una frase que termina acudiendo al genérico y al sinónimo para evitar definir que "Territorio" es propiedad del "Estado" tripartito representado por el "gobierno" quien se encarga de administrar a la "nación", siendo esto la definición pura y dura de lo que por raciocinio se entiende como un estado nacional bajo el derecho de autonomía de los pueblos, que nunca en su statu original concibe la federación parcial o total de sus funciones, aunque no prohíbe la asociación de estados que es lo que se llega a sobreentender como principio federativo, aunque en la práctica ello sea conocido como una confederación, siendo el máximo representante de tal la democrática y dudosamente reputada Confederación Helvética, con cantones independientes pero unidos como armada y ante el mundo. 
A manera de conclusión solo cabe acotar que los diferentes movimientos políticos que dicen ser separatistas o que en extremo toman las armas en el afán de dirimir el poder del estado, merecen ser escuchados, como todos, puesto que su caso el objetivo no es tener el timón de la barcaza sino por el contrario acuden al secesionismo confederado para garantizar una mejor administración social, además de un fuerte empalme, pues así como los dedos se mueven por separado, cinco pegan más duro que uno.

Sergio Alexander Cáceres Angarita
Ensayo.

martes, 29 de noviembre de 2016

El poder, el estado y la nación

Francia, 1789, la población de lo que sería una de las urbes más congestionadas y polarizadas de la Europa preindustrial, impulsaría una revolución democrática de las ideas afloradas en las polis griegas de antes de cristo, y sus coetáneos harían de tan libertarios próceres el rojo de su pabellón tricolor junto a la consigna de libertad, igualdad y fraternidad, emblema que irónicamente sería comprendido con mayor vehemencia entre los hijos bastardos de las independencias americanas antes que el viejo continente dejara sus imperios, colonias y guerras mundiales.
Desde entonces y hasta nuestros días, la organización de los más de 200 estados de iure y de facto que existen en nuestro planeta, han moldeado sistemas administrativos y políticos tendientes a garantizar los derechos y las libertades de sus conciudadanos, aunque han fracasado tajantemente al intentar hallar el común divisor de lo social, lo económico, lo territorial y lo estatal, pues si dejas que el Estado haga todo por el pueblo, el dueño le termina cediendo poder a su simple capataz y tal cual lo enuncia crudamente el grupo Molotov, "si le das mas poder al poder, mas duro te van a venir a ...", y no es por nada el hecho que le sea imposible a un miembro de las fuerzas armadas de un país democrático alcanzar las urnas, debido a que si un político hace las mañas que hace, sería algo obvio especular lo que podría realizar un presidente militar si tenemos en cuenta el siglo XX en todo el mundo, desde la más izquierda socialista hasta la más férrima derecha, a la postre ambos bandos usaron la fuerza y el empoderamiento del Estado para llegar a sus fines y eso, eso es fascismo en el sentido más literal de la palabra.
Así pues, tal como es delicado el usar la palabra poder y armas en la misma oración, así también lo es el utilizar la palabra banca o financiación, pues el tráfico de intereses que se genera entre lo simpatizado por quien controla el flujo de crédito y activos, y la agenda imparcial que debe manejar un estado per se endeudado, rezaga al mismo gobierno al papel (mea culpa) de acatar órdenes, "alinear" los medios de comunicación, administrar a la nación y emitir moneda a conveniencia de quien paga sus bonos de deuda, dejando al estado ser estado por cuanto le sea posible, y al soberano ser tan soberano como su capataz le ordene desde el centro. 

Sergio Alexander Cáceres Angarita
Ensayo.

lunes, 28 de noviembre de 2016

El espacio, las nuevas aguas internacionales

Mucho se ha especulado durante décadas acerca del humano en el espacio, pero con hilarante retórica se ha ido dejando de lado el tema espacial, rezagándolo a la construcción de telescopios y la especulación de posibles viajes tripulados a la Luna u otro cuerpo del sistema solar, por lo pronto, pues hasta la financiación de los programas espaciales ha estado yendo en debacle, al menos en occidente en los últimos años. Desde que el Sputnik amenazó en 1957 el honor de los Estados Unidos en plenos albores de la guerra fría, las Naciones Unidas han emitido a posteriori, tratados sobre la administración del espacio ultraterrestre los cuales se podrían resumir en que el espacio solo podrá ser usado para fines pacíficos y exploratorios, por lo que las armas estarían prohibidas y la exploración científica deja innominada la probabilidad de explotación de los recursos naturales o minerales de los distintos cuerpos del sistema solar. Además se habría resuelto en asamblea general que todo cuanto estuviera por fuera de nuestra atmósfera sería considerado patrimonio de la humanidad y por ende sin dueño, calcinando así los sueños de rusos, chinos o americanos por asumir dicho satélite como colonia, o como finca por parte del chileno Jenaro Gajardo quien registró a su favor la misma. Plus a esto, la tan recientemente famosa minería espacial, publicitada por empresas como Deep Space Industries, Planetary Resources u otras,  solo es regulada por el derecho internacional y el derecho espacial como "quien tenga para ir hasta allá y explotar, bien puede hacerlo".


Mucho se especuló desde la era post-soviética hasta la actualidad acerca de programas secretos espaciales como el Proyecto A119 de detonación nuclear en la Luna o el Proyecto Solar-Warden y otra clase de planes símiles que van desde lo más crudo y real hasta lo más salido de onda por parte de conspiranóicos o agentes desinformativos, aunque sí que cabe resaltar el hecho de que tal clase de programas no podrían concretarse en medio de un mundo que compagina la consigna de guerra invasiva con la de un orden global uniforme en medio de una política heterogénea, y ello sin adentrarnos en la posibilidad más que probable de que en menos de 10 años alguna empresa o gobierno logren alcanzar la superficie de otros cuerpos celestes y les conviertan en "mundos recurso" o "mundos colonia" bajo su bandera empresarial o estatal, sin policía, juez o ley que impere más allá de lo que localmente se establezca, al mejor estilo de los cargueros chino, barcos sin ley en aguas internacionales.

Sergio Cáceres Angarita.
Ensayo.