Divago: Estados nacionales y federativismo
Desde el nacimiento de los primeros estados nacionales, existieron pueblos o regiones sociales que quedaron absorbidas o unidas a otras naciones más fuertes o con ventaja estratégica, y con el tiempo las mismas sociedades buscaron calar como federación o estado separatista debido a la incompatibilidad que a la larga presentaron tales grupos frente a los que todo el tiempo ostentaron el cetro político, y respectivamente también el militar. En la convulsa Europa de hace cien años, el imperio de los Habsburgo mejor conocido como Austria-Hungría fue el águila frankenstein del continente, pues en tan relativamente vasto territorio abarcaba una riqueza cultural tan notablemente remarcada y sectorizada que, tras los eventos de la Gran Guerra la explosión de aquel Estado dejó tanto a Venecia como a checos, eslovacos, rumanos, Transilvania y la Yugoslavia, claramente sin dejar de lado a la misma Austria y a la magiar Hungría que incompatible con los eslavos sí que resultaba, y aún así casi que termina uniformándose junto a la Serbia eslava quien poseía planes para sí como la eslavia del sur por antonomasia.
Este mismo diagnóstico europeo se replica en otras partes en el mismo plano, pues desde que el amanecer independentista mostró una formación sólida de los estados nacionales en occidente, los nuevos países mostraron un anhelo de permanecer unidos bajo el sistema de autonomías federales con vehemente copia de la democracia norteamericana, aunque tal hecho en el eje latino representaba la caída del orden central y militar que mantenía el orden legal mediante coacción, rozando el impopular orden dictatorial.
En el caso del Imperio Turco otomano, quien tras la misma guerra que desmembró al estado plurinacional de los Habsburgo desbarató el medio oriente con implicaciones aun remanentes, dejan hoy muertos, huérfanos, resentidos y milicias extranjeras jugando al tiro al blanco con drones, pues países como Iraq o Siria, en mi opinión, son estados antinaturales debido a que los pueblos que abarca rayan en lo disímil al borde de tener que alzarse en armas los hombres kurdos que reclaman para su pueblo el territorio que del sur de Turquía atraviesa en diagonal por Siria e Iraq hasta la frontera iraní, y aun así son llegados a tratar como terroristas o extremistas islámicos, frases noticiosas de prediseño.
En el caso del Imperio Turco otomano, quien tras la misma guerra que desmembró al estado plurinacional de los Habsburgo desbarató el medio oriente con implicaciones aun remanentes, dejan hoy muertos, huérfanos, resentidos y milicias extranjeras jugando al tiro al blanco con drones, pues países como Iraq o Siria, en mi opinión, son estados antinaturales debido a que los pueblos que abarca rayan en lo disímil al borde de tener que alzarse en armas los hombres kurdos que reclaman para su pueblo el territorio que del sur de Turquía atraviesa en diagonal por Siria e Iraq hasta la frontera iraní, y aun así son llegados a tratar como terroristas o extremistas islámicos, frases noticiosas de prediseño.
África en general sigue sufriendo problemas de división como los ya vividos desde el apartheid, aunque con menor impacto debido a que los macroterrenos hechos casi a escuadra que de colonia pasaron a ser repúblicas, se cohesionan gracias al idioma colono que llega a sobrepasar incluso hoy en día hasta por encima de las "incivilizadas culturas" del continente negro, lo que llega a ser un punto a favor, pero no un punto tan bonito cuando al reducto se concluye el severo proceso de conquista y masacre que le precedió, tal como lo sufrió la América india al nivel de casi ser un continente exclusivamente bilingue. Y es así como pasando sin ver desde la amplísima y compleja Asia y sus tribus de la estepa, hacemos un salto hasta América, tanto la angloparlante como la hispana y el Brasil, pues aunque las apariencias muestren repúblicas sólidas con libertades y derechos, la verdad sea dicha que en represión tributaria de reciprocidad dudosa casi todo el territorio nacional yace, siendo garantes de la ley y el orden los miembros de la fuerza pública, de quienes no hará falta especificar su función, y mucho cuidado con el término utilizado, porque TERRITORIO NACIONAL es una frase que termina acudiendo al genérico y al sinónimo para evitar definir que "Territorio" es propiedad del "Estado" tripartito representado por el "gobierno" quien se encarga de administrar a la "nación", siendo esto la definición pura y dura de lo que por raciocinio se entiende como un estado nacional bajo el derecho de autonomía de los pueblos, que nunca en su statu original concibe la federación parcial o total de sus funciones, aunque no prohíbe la asociación de estados que es lo que se llega a sobreentender como principio federativo, aunque en la práctica ello sea conocido como una confederación, siendo el máximo representante de tal la democrática y dudosamente reputada Confederación Helvética, con cantones independientes pero unidos como armada y ante el mundo.
A manera de conclusión solo cabe acotar que los diferentes movimientos políticos que dicen ser separatistas o que en extremo toman las armas en el afán de dirimir el poder del estado, merecen ser escuchados, como todos, puesto que su caso el objetivo no es tener el timón de la barcaza sino por el contrario acuden al secesionismo confederado para garantizar una mejor administración social, además de un fuerte empalme, pues así como los dedos se mueven por separado, cinco pegan más duro que uno.
Sergio Alexander Cáceres Angarita
Ensayo.
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